“Innovar en periodismo mientras se recortan empleos es un gran reto” Entrevista a Eric Newton, periodista y profesor estadounidense

junio 25, 2015 | 0 Comments | Blog | Un artículo por: Alfredo Casares

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os periodistas pueden mirar al futuro con optimismo. Incluso con entusiasmo. Eric Newton, periodista y profesor estadounidense, considera que existen motivos para afrontar la transición digital de los medios con buenas dosis de emoción. Pese a la cultura litúrgica y defensiva de las redacciones tradicionales, Newton asegura que los periodistas son creativos y serán capaces de adaptarse: aprenderán nuevas habilidades, incorporarán al ciudadano al proceso de creación de noticias y se desenvolverán en una corriente informativa constante en la que ya no serán protagonistas.
“Este es el mejor momento de la historia para estudiar periodismo. Puedes ayudar a reinventar el periodismo. Si estás cómodo con la incertidumbre, si eres un explorador, si eres valiente, este es tu momento”, asegura en una entrevista por correo electrónico.

Como asesor del presidente de la Fundación Knight, durante los últimos 15 años ha supervisado el desembolso de 300 millones de dólares destinados a iniciativas periodísticas de innovación en medios. El mes pasado aceptó la oferta de la escuela de periodismo Cronkite de la Universidad de Arizona para convertirse en su director de innovación.

Ex director del Oakland Tribune y autor de varios libros sobre periodismo y educación, Newton estará la semana que viene en Pamplona, invitado por la Asociación Española de Universidades con Titulación de Información y Comunicación (ATIC). El lunes pronunciará la conferencia inaugural del encuentro en la Universidad de Navarra, que versará sobre “El futuro de la enseñanza del periodismo” [VÍDEO].

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Eric Newton, durante una jornada de la Asociación Mundial de Periódicos en Viena, en 2011.

– ¿Cómo ha cambiado la era digital al periodismo?
La era digital lo ha cambiado casi todo sobre el periodismo: quién puede ser periodista, qué constituye una historia, cuándo y dónde se reciben las noticias, y cómo… Es decir, de forma interactiva, en comunidades que participan en lugar de ser una audiencia pasiva que solo consume las noticias.
Aunque el “quién, qué, cuándo, dónde y cómo” hayan cambiado, hay algo que no lo ha hecho, el “por qué” del periodismo. La sociedad necesita personas que actúen de forma independiente para verificar y esclarecer los datos, sucesos, cuestiones e ideas actuales. Necesitamos un buen periodismo, al que yo definiría como la persecución de la verdad justa, fiable y contextual. Necesitamos un flujo libre de noticias e información actuales porque eso nos ayuda a hacer que nuestros gobiernos y nuestras propias vidas funcionen de forma eficaz.

“Nunca habíamos sido capaces de sostener una imprenta o un estudio de televisión en la palma de nuestra mano”.

– ¿Considera que el periodismo necesita cambiar mucho más rápidamente de lo que las empresas tradicionales y los periodistas pueden asumir?
Todos y todo se está rehaciendo con la era digital. Nunca antes miles de millones de personas habían tenido la capacidad de comunicarse con un colega que está en otro continente. Nunca habíamos sido capaces de sostener una imprenta o un estudio de televisión en las palmas de nuestras manos. Estamos tan solo al principio de esta nueva era. Habrá muchos cambios más. La “economía de la información” no es una palabra vacía. Es real. La tecnología dirige el nuevo mundo y sigue la ley de Moore, dobla su fuerza cada 18 meses. Un año y medio es como una vida entera en el mundo digital. Puede que una persona que nazca hoy en día vea 50 generaciones de tecnología digital a lo largo de una única vida. La velocidad de esta transformación aturde a muchas personas y empresas.

Sin embargo, esto resulta más duro para las empresas informativas. Habían invertido fortunas en el antiguo sistema tipo cadena de montaje de la era industrial de los medios de comunicación. Muchas de las empresas todavía confían en la publicidad tradicional. Pero la publicidad y el marketing chocan con el ciberespacio. Algunos diarios estadounidenses han perdido la mitad de sus ingresos de publicidad en la última década. Están en una posición difícil. Tienen que innovar mientras sus ingresos se agotan. Cambiar mientras se recortan puestos de trabajo es un gran reto. Pero el mundo no espera a nadie.
– ¿Cuál es el papel de la psicología de los periodistas en este proceso? En su libro, usted dice que los periodistas piensan: “Está bien que las noticias cambien cada segundo. Lo que no está bien es que cambie nuestra forma de hacer las noticias”.
El periodismo es una profesión determinada por la hora de entrega. A veces puede ser como estar en una sala de urgencias o en una unidad militar de combate. El éxito puede depender de minutos o incluso de segundos. En este tipo de trabajos se desarrollan culturas fuertes, vínculos fuertes entre las personas. Las personas confían las unas en las otras, siguen normas predecibles y controlables y comparten los mismos valores básicos. En muchos sentidos, eso les ayuda a mantenerse cuerdos.

“La cultura de empresa es una ballena que se alimenta constantemente de ideas diminutas, rápidas y en movimiento, por eso la innovación disruptiva suele ocurrir al margen”.

Hay un dicho en el mundo empresarial: la cultura se come a la estrategia para desayunar. Esto es incorrecto. La cultura no come otra cosa que estrategia, y la devora insaciablemente durante todo el día y toda la noche. La cultura es una ballena barbada que vive de plancton, es algo grande que crece aún más alimentándose constantemente de ideas diminutas, rápidas y en movimiento. Por eso la innovación disruptiva suele ocurrir al margen. Un líder se lleva a un grupo pequeño de personas lejos del monstruo y comienza algo completamente nuevo.
¿Pueden cambiar los medios tradicionales? Sí. Los lugares de trabajo defensivos pueden cambiar. Solo hay que ver el uso de la tecnología sofisticada en el mundo militar o en la medicina. Estas ocupaciones dependen del tiempo límite incluso más que el periodismo, puede ser una cuestión de vida o muerte. Y aun así han revolucionado la forma de alcanzar sus objetivos, ya sea tomar o salvar vidas. Si esas culturas pueden cambiar, el periodismo también puede.
– ¿Quién dirigirá este cambio cultural?
La gente a la que le gusta resolver problemas difíciles. Algunos serán líderes transformacionales que creen entusiasmo hacia una organización que se reinventa y lo que esta puede hacer. Otros serán líderes flexibles que trabajen dentro del sistema e introduzcan discretamente cientos de pequeñas innovaciones. Los que no se adapten se marcharán.
Pero algunos medios no cambiarán. Puede que los empresarios no lo permitan porque quieran ordeñar su empresa como una vaca lechera a toda costa. Puede que los periodistas u otros trabajadores lo rechacen debido al recuerdo del pasado. No importa el motivo, esas empresas terminarán fracasando. La publicidad se reducirá. Se recortará el personal. La audiencia se hundirá. La competencia digital aumentará. Tras unas pocas décadas, o tal vez solo algunos años, los medios de difusión serán mucho menores. Muchos cerrarán. Los activos se venderán. Algunos emprendedores conseguirán encontrar el modo de empezar de nuevo tras la muerte de los medios de comunicación tradicionales. La competencia habrá reemplazado a la mayoría (pero no a todos) o los medios tradicionales desaparecerán.
– ¿Son las redacciones el mejor lugar para llevar a cabo una innovación?
Si los empresarios, líderes y trabajadores así lo quieren, la innovación puede ocurrir en cualquier lugar y, por supuesto, eso incluye las salas de prensa. El Washington Post se ha movido muy rápidamente desde que, en 2013, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, lo adquirió. El sitio web y las aplicaciones del Washington Post reciben 50 millones de visitas al mes. Casi la mitad se producen desde un dispositivo móvil. Su tráfico ha crecido de un 50 a un 100 por ciento, dependiendo del año.
Hace cuatro años, el Washington Post tenía cuatro desarrolladores. Ahora tiene 47 y el año que viene todos ellos estarán en la redacción. Los programas informáticos son los periodistas del siglo XXI. Cuando en un periódico tradicional hay más gente programando que manejando la prensa, hay esperanza.
Según Martin Baron, el editor del Washington Post, entrar en la era digital es como cualquier otro tipo de cambio. Dice que deberíamos responder tres preguntas: “¿De qué nos deshacemos? ¿Qué tendremos que adquirir y aprender? ¿Qué conservamos?”. Baron afirma que debemos deshacernos de la idea de que el colapso de los modelos de negocio no es nuestro problema, debemos acomodarnos al cambio con un espíritu emprendedor y comprometernos con una cobertura informativa con testigos presenciales, con un trabajo original y perspicaz. En mi opinión, eso suena bien.
Otro ejemplo es The Guardian, que en Estados Unidos ha lanzado un laboratorio con una beca de la Fundación Knight de 2,6 millones de dólares y experimentando con las noticias en dispositivos móviles. BuzzFeed está empezando un laboratorio en San Francisco. La Universidad de Arizona tiene un laboratorio en el que los estudiantes desarrollan nuevas aplicaciones. El NPR tiene un laboratorio en el que tratan de reinventar las noticias en la radio. Las incubadoras y los aceleradores están aflorando en las salas de prensa individuales.
– Usted sostiene que la innovación en los medios de comunicación implica correr riesgos y aprender con rapidez de los errores. Pero los medios no están acostumbrados a ello. ¿Es esto un reto cultural?
Muchos periodistas ya son creativos. Los mejores son ingeniosos y tienen iniciativa a la hora de relatar historias. Asumen riesgos cuando persiguen una noticia. Tenemos que aplicar ese mismo espíritu a la tarea de contarla. Por ejemplo, cuando a un reportero le llega una pista, él la verifica. Un rumor puede ser falso. Así que el reportero no cuenta la historia. No se ve ese proceso como un fracaso, es un éxito. Decimos: “Bien por ti, has evitado que esa historia falsa apareciese en las noticias”. Un rumor es un experimento, puede salir bien o no. ¿Por qué no podemos tener esa misma actitud y experimentar con nuevas maneras de recopilar y contar noticias? Cada medio podría tener una “zona de laboratorio” dentro de su sitio web, donde se comprometería con la sociedad para hacer experimentos con las noticias. Podemos advertir a la gente sobre que, en el laboratorio, algunas cosas podrían no salir bien. El reto cultural consiste en ver el laboratorio del mismo modo que vemos un rumor que no llega a buen puerto. No es un lugar donde fracasamos. Cuando una idea no sale bien, si nos damos cuenta con rapidez, es un éxito, puesto que hemos seguido adelante. Al igual que el rumor de una mala historia, necesitamos abrirnos paso hacia el buen periodismo.

“Los teléfonos serán cada vez más inteligentes y podrían convertirse en nuestros propios periodistas personales”. 

– ¿Cómo cambia la digitalización el papel de los periodistas?
Las noticias son más interactivas. Todo el que tenga un teléfono inteligente es competencia potencial, o un colega potencial. Hablamos de miles de millones de personas. Debemos reinventar nuestra relación con la sociedad a la que esperamos servir.
Las noticias son más personales. El gran Walter Cronkite dijo una vez que las noticias son el gato que se queda atrapado en el árbol. Dijo que los demás gatos no eran noticias. No creo que Walter viese lo que ha ocurrido en YouTube. Millones de personas disfrutan viendo gatos haciendo todo tipo de cosas. Tal vez ellos tengan un gato. Tal vez les gusta reírse. Muchos tipos de gatos son noticia ahora (gatos metidos en problemas y gatos adorables) y los medios de comunicación digital nos ayudan a llevar los gatos correctos a las personas correctas.
Las noticias son más móviles. Siempre nos ha gustado llevar el periódico encima. Ahora podemos llevar todo tipo de medios de comunicación en el bolsillo. Y el teléfono sabe dónde estamos. Puede saber lo que nos rodea, decirnos si va a llover, si la carretera está bloqueado debido a un accidente de tráfico, decirnos las noticias que nos interesa saber no por quienes somos sino por dónde estamos. Los teléfonos serán cada vez más inteligentes. Podrían convertirse en nuestros propios periodistas personales.

“No podemos seguir creando noticias como en una cadena de montaje”.

– ¿Deben los periodistas acercarse más a la gente? ¿Cómo recuperar el espacio que ocupaban?
Debemos encontrar el modo de interactuar con la sociedad al comienzo de una historia cuando estamos decidiendo llevarla a cabo, mientras la hacemos, y finalmente mientras la relatamos, e incluso que ellos participen en el proceso. No podemos seguir creando noticias como en una cadena de montaje. No deberíamos utilizar las redes sociales solo para contar a la gente lo que hemos hecho cuando ya lo hemos hecho.
No creo que los medios tradicionales recuperen jamás su puesto de monopolio de los medios. Tenemos que abrir nuestra mente y ser parte de un espacio más amplio.

– ¿El periodismo abierto es una opción o una necesidad?
Hace más de 20 años, escribí un libro para el Instituto Maynard de Educación en Periodismo titulado “El periódico abierto”. Intenté describir lo que hacíamos en el Oakland Tribune cuando yo trabajaba allí como director. Los dueños, Bob y Nancy Maynard, creían que los periódicos debían comprometerse con la sociedad. Teníamos grupos de asesoramiento comunitario, actividades en las que la gente conocía a los editores, reuniones de noticias a las que cualquiera podía asistir, toda clase de encuestas y sondeos y ese tipo de cosas. Supongo que hoy en día se podría llamar periodismo público a algunas de las cosas que hacíamos y periodismo abierto a otras. Simplemente pensábamos que era buen periodismo, ayudar a la comunidad a comprenderse a sí misma. Por desgracia, a Bob le diagnosticaron cáncer y tuvo que vender el periódico antes de que empezara la red de internet mundial. Fue muy trágico, porque él habría liderado el camino hacia una manera abierta de hacer las cosas en la era digital.
Cuando yo era editor gerente en Newseum, a veces teníamos reuniones “de portada” en el estudio. Entregábamos resúmenes de algunas noticias de ese día de la agencia Associated Press más o menos a 70 asistentes, visitantes de Newseum. Yo les ayudaba a crear una portada. Lo hacíamos en aproximadamente una hora. Tratábamos temas como la ética en el periodismo, la ley de los medios de comunicación, lo que hubiese en las noticias ese día. Los asistentes aprendían que no existe algo como “los medios de comunicación”, y nosotros aprendimos que no tienes que ser periodista para tomar buenas decisiones sobre las noticias.

“Los jóvenes no quieren pedir cita para consumir contenido, lo hacen cuándo y cómo desean”.

– Usted dice en uno de sus libros: “Si no involucramos a las nuevas generaciones, las perderemos. Y perderemos nuestro futuro”. ¿Es ese uno de los mayores retos a los que se enfrentan los medios?
Sí. Se puede ser como Blockbuster o como Netflix. Blockbuster se desplomó porque a veces había que ir allí para coger películas de vídeo y DVDs. Netflix prosperó porque ofrecía películas online a cualquier hora, de día o de noche. Los jóvenes no quieren tener que pedir cita para consumir contenido. Lo quieren cuando lo quieren y como lo quieren. La mayoría no leerá el periódico cada día a las seis de la mañana ni verá un programa de televisión cada día a las seis de la tarde. No es así como se organizan sus vidas. Ellos establecen redes sociales y las noticias les encuentran. Si las agencias de noticias tradicionales siguen funcionando igual, ellos encontrarán noticias en otra parte.
– Desde 2008 más de 11.200 periodistas españoles han perdido sus empleos. ¿Cómo se hace un periodismo mejor con menos profesionales?
Hay una paradoja con las noticias digitales. Debido a internet, los consumidores de cualquier parte del mundo pueden acceder a periodismo de calidad desde cualquier lugar. Se produce más periodismo excelente en el mundo cada día de lo que una persona es capaz de consumir. Al mismo tiempo, la cantidad de noticias locales varía tremendamente de un lugar a otro. En Estados Unidos, 20.000 periodistas han perdido sus empleos en la última década. En algunas comunidades, esto ha creado una crisis de noticias locales y un aumento en la corrupción local. Si se vive en un “desierto de noticias” se puede ser capaz de ver las mejores historias de investigación del país y del mundo pero no saber lo que está ocurriendo en la misma ciudad en la que se vive.
Al mismo tiempo, ocurren muchas cosas esperanzadoras: varios cientos de nuevas empresas locales, una gran cantidad de periodismo ciudadano, más periodismo juvenil, nuevos tipos de medios de comunicación públicos. No se ha reemplazado todo el periodismo que falta, pero en algunas comunidades hay incluso más de lo que había antes. Un solo periodista digital puede llevar a cabo una investigación que habría necesitado la ayuda de muchas personas antes de esta era de bases de datos fáciles de utilizar. En las agencias de noticias, la automatización redujo el personal porque ya no necesitaban gente en las redacciones para hacer cosas como los informes meteorológicos tradicionales, las cotizaciones bursátiles, las páginas de cómic, los resultados deportivos… Cosas informativas. Y la verdad es que el periodismo americano nunca ha cubierto todas las ciudades y pueblos pequeños. En algunas de esas comunidades, los ciudadanos están relatando sus propias noticias, lo que tienen ahora es mucho mejor que no tener nada. Así que varía de una organización a otra y de un colectivo a otro.
– Muchos de los periodistas que se quedaron sin empleo demuestran que pueden regresar al periodismo como emprendedores en un medio digital. ¿Tienen los medios tradicionales en sus redacciones el potencial para llevar a cabo la transformación pero no saben cómo hacerlo?
Hay tantas diferencias entre un lugar y otro que es difícil hacer afirmaciones generales. Algunos periodistas no tendrán éxito como emprendedores porque creen que la noticia es lo único que importa, pero no es así, puesto que debe distribuirse, pagarse y monetizarse. La mayoría del presupuesto de las nuevas empresas de noticias no se gasta en la redacción. Algunas de las empresas tradicionales no cambiarán porque los empresarios no quieren reinvertir en la compañía, sin importar lo que hagan los periodistas. Pero algunos periodistas triunfarán como emprendedores y algunas empresas se transformarán. No puedo decirle el ratio.
– Hay periodistas que son mucho más digitales en su vida personal que en sus puestos de trabajo.
Eso podría ser una señal de que es hora de buscar otro lugar en el que trabajar.

– ¿Qué le diría a un periodista de 40 años que está sentado en una redacción tradicional, viendo cómo su empresa intenta acometer la transición digital?
Encuentre un líder con visión y sea su apoyo, o trate de liderar proyectos usted mismo, o salga de allí.

¿Cuál es hoy el papel de las universidades y de las escuelas de periodismo?
Una buena escuela de periodismo, además de ser una institución educativa, puede proveer noticias y ser un laboratorio de noticias. Por eso decidí unirme a la Universidad Estatal de Arizona. La escuela de periodismo se encarga de Cronkite News, el segundo medio de noticias más grande del estado de Arizona. Mi nuevo empleo consiste en ser el director de innovación de Cronkite News, ayudarles a probar cosas nuevas. Estoy emocionado por lo que puede hacer esta universidad, no solo por mejorar la educación en periodismo a través del aprendizaje experimental, sino poner a prueba nuevas herramientas y tecnologías en un ambiente de noticias vivo. El rector de la universidad apoya mucho este programa. En la última década, la escuela de periodismo se ha convertido en una de las mejores del país.

– ¿Cómo se educa y se forma a los periodistas para el futuro si no hay un futuro claro y cierto?
Esto puede sonar obvio, pero si no hay un futuro claro, hay que enseñar a los alumnos que no hay un futuro claro. Hay que enseñar creatividad, adaptabilidad, flexibilidad. Diferentes medios, periodismo emprendedor, periodismo social, periodismo abierto. Hay que enseñar a adquirir conocimientos rápidamente utilizando nuevas herramientas. Hay que enseñar a innovar, a trabajar en grupos colaborativos y abiertos, a captar a la sociedad en lugar de simplemente informar. Hay que enseñar a los estudiantes a adaptar rápidamente las nuevas tecnologías al periodismo. Hay muchas cosas que enseñar. Eso requiere una nueva relación entre profesores y alumnos. Un profesor podría decir que hay demasiado que enseñar, así que necesitará mostrar lo más importante y cómo aprender por sus propios medios. Y los alumnos tendrán que enseñarle cosas que él no sabe.

– ¿Qué mensaje necesita hoy un estudiante de periodismo?
Este es el mejor momento de la historia para estudiar periodismo. Puedes ayudar a reinventar el periodismo. Si estás cómodo con la incertidumbre, si eres un explorador, si eres valiente, este es tu momento.

– ¿Qué es la idea del modelo de escuela de periodismo como “hospital universitario”?
Los estudiantes de medicina aprenden a ser médicos trabajando con pacientes reales en hospitales universitarios. Los estudiantes de derecho aprenden a ser abogados haciendo trabajo legal en bufetes. Los estudiantes de música tocan instrumentos, los de arte crean arte, los de agricultura cultivan. Existe una larga tradición de ayudar a los estudiantes a aprender rápidamente cosas complejas en un ambiente de inmersión. El modelo de “hospital universitario” de periodismo es algo de ese tipo. Los estudiantes de periodismo aprenden haciendo periodismo.

El “hospital universitario” en el periodismo es un modelo de aprendizaje práctico que incluye a los estudiantes de universidad, profesores y profesionales trabajando juntos bajo un “techo digital” para beneficiar a la sociedad. Los estudiantes aportan noticias y atraen a la sociedad de manera innovadora. Los mejores profesionales les apoyan y les guían. Al igual que en un hospital universitario real, parte del trabajo es estándar y parte es experimental. Investigadores buenos ayudan a diseñar y estudiar los experimentos.

Si es de la vieja escuela, no es un hospital universitario. Si no incluye investigación, no es un hospital universitario. Sin no atrae a la sociedad, no es un hospital universitario. Si los profesores y profesionales no dejan a un lado sus antiguas discusiones para trabajar juntos, no es un hospital universitario.

Los hospitales universitarios ayudan a inventar y probar cosas nuevas.

– ¿Es este el momento para los perfiles híbridos? “Si no te gustan los trabajos que hay, crea uno”, dijo usted.
Yo tengo cuatro carreras, todas mezcladas en una: periodismo, museos, filantropía y educación. Los mejores trabajos cruzan fronteras. Te dan una oportunidad para expandirte. Te retan. Si no entiendes el título de un puesto de trabajo, es una señal de que esa persona debe estar haciendo algo realmente interesante. En un mundo en constante cambio, tener un trabajo flexible es algo muy bueno, tal vez lo mejor.

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